Filipinas se apodera del carguero japonés de carbón después de merodear durante dos semanas

Las autoridades filipinas todavía están tratando de decidir qué hacer con un transportista de carbón gestionado por japoneses que llevan detenido una semana. El 3 de mayo se emitió una orden de incautación y detención y se estaban debatiendo cómo manejar el incidente.
El oshu maru (92.000 TPM) está registrada en Liberia y opera bajo estatuto de empresas administradas por NYK. El buque fue construido en 2011 y opera como transportador de carbón.
Según la información proporcionada por la Oficina de Aduanas de Filipinas, el granelero fue visto inactivo en el sur de Filipinas alrededor del 22 de abril. El barco no se presentó a las autoridades dentro de las 24 horas siguientes para declarar sus intenciones como exige la ley. Ahora también sostienen que la Guardia Costera de Filipinas no pudo establecer comunicación por radio con el barco.
El 1 de mayo, un equipo compuesto por el Servicio de Investigación e Inteligencia Aduanera de la Oficina de Aduanas, la Armada de Filipinas, la Guardia Costera de Filipinas y la Agencia Antidrogas de Filipinas abordaron el barco. Bajo sospecha de contrabando, ordenaron registrar la embarcación. Las imágenes muestran equipos de perros en el barco.

No se encontró contrabando durante la búsqueda (BoC)
Las autoridades admiten que no se encontró ningún contrabando en el barco y al parecer todos sus trámites estaban en orden. El capitán ofreció una explicación informando que el barco se dirigía al puerto japonés de Kinuura cuando el fletador le dijo que buscara un lugar seguro para ir a la deriva en el Mar de Filipinas. Dijo que le habían dicho que retrasara su llegada a Japón y emitió una carta formal de disculpa para explicar por qué su barco estaba en aguas filipinas.
Sin embargo, las autoridades siguieron adelante con la acción y obtuvieron la orden de incautación y detención el 3 de mayo. Sostienen que una revisión de los registros del Sistema de Seguimiento de Buques muestra que oshu maru apagó su transmisión AIS mientras estaba en Malasia. Alegan que el barco estuvo sin señal, es decir, operando a oscuras, durante al menos un día y ocho horas antes de entrar en aguas filipinas.
La tripulación del granelero responde que nunca pusieron en peligro a ningún otro buque en la zona. Informan que al barco nunca se le permitió acercarse a otros barcos en la zona del mar de Bohol donde estaban a la deriva.
La Oficina de Clientes de Filipinas ordenó que el buque fuera trasladado a un fondeadero en el lado norte de Mindanao, donde permanece. También solicitaron que la Armada y la Guardia Costera coloquen la embarcación bajo monitoreo continuo. No está claro qué prescribe la ley como posible sanción para un barco extranjero que no registre su llegada a Filipinas.